El payaso.

Una broma es una broma, en eso estamos de acuerdo. Creo.
Una broma puede ser buena o mala, ¿verdad?, no se.

Una broma siempre es un susto, en mayor o menor medida. Creo.

Un buen susto puede ser una buena broma... no se.
Un infarto de miocardio no es una broma... creo.
Un susto que se precie deberá provocar un infarto de miocardio... no se.

Una buena broma solo será buena si llega a provocar en la víctima un buen infarto de miocardio.

Disfruta de la velocidad y el peligro del trayecto,
déjate seducir por la magia del traqueteo,
saca -de vez en cuando- la cabecita, pero
no te asustes, el choque es inminente...
chu-chu-chuuuuuuuuuuuuuu.
Quizás una belleza noruega te sonría,
quizás te agarre del brazo... no se;
disfruta de los espasmos y
cuando todo se vaya al garete y descarrile:
sigue corriendo,
no te pares ni un segundo en tierra,
intenta agarrar la gallina y cuando la tengas
entre los dedos,
busca al pelele vestido de verde,
entrégasela, no tengas reparos,
el obispo merece todas las bendiciones;
su mano te acariciará la sesera y por fin
despertarás.