3 mar 2008

La vida es una frase.

El sujeto en realidad siempre es el mismo con distintos nombres, el verbo esta en cada avenida, detrás de los arboles de la orilla del río, allí donde se recoje la correspondencia o en el botón de alarma de cada ascensor, podemos rellenar la frase con objetos y complementos que enriquezcan nuestros días o simplemente dejar que el vacío fluya por cada rincón de la zona de acción del predicado para así convertir la frase en un capricho de la imaginación (recomendable no perderse imaginando). Podemos jugar como queramos con la frase leerla en cualquier dirección o elegir palabras al azar pero la frase siempre será la misma, igual en todas las épocas y distinta en cada lector, la frase es tridimensional y hasta tetradimensional, un sabio dijo una vez que la frase tenia tantas dimensiones que podríamos afirmar que la frase no existía. La frase nunca ha sido escrita pero su autor nos da ciertas pistas para mayor comprensión de su lectura . Defensores de la pasiva asesinaron a los hijos de los defensores de la activa y viceversa. Oriente busca el verbo y occidente encuentra objetos. Faraones, dictadores y políticos de todas las épocas han leído la frase a su antojo, eliminando circunstanciales o poniéndolos donde no los había para llevar a cabo sus propósitos sin ningún pudor con la fuerza de saberse custodios de la gran frase, tal es su poder.
La frase se escribe todos los días y se borra cada noche, la frase se alimenta de nosotros, nos devora, nosotros somos la frase.