Esto es mio.

Me dejan fuera de las listas de éxito y todo por no negociar las criticas... las criticas no se negocian, se hacen y punto. Pero no me asustan, soy perro viejo, ya mande a la mierda todo, solo por no sufrir el sofoco y el vértigo de los que andan a gatas; así es que, si me quieren ocultar entre la chusma, las imágenes turbias o la pornografía fetichista, que lo hagan, yo se que siempre fui el número uno - el número dos en mis horas más bajas - ... yo inventé las recepciones en la embajada, y los dias de fiesta, hice que el puto Orson Güels volviera a las mejores salas y ahora me relegan al laberinto de las uves dobles y los punto net: que les jodan, que les den por el culo, yo se cual es mi lugar.

¿donde?

El vacío del criterio sin cartera nos volverá a todos locos y la excesiva lascivia de los tejados eléctricos y el viento de poniente que más nos pone y esa indomable creencia en la fabricación en cadena y los niños mutilados y la buena fe y el silencio de los justos y la deshumanización del misterio y las bocas enormes con sus dientes esmaltados y la necesidad de mejorar y el miedo al yo simple y esa triste manera de no hacernos daño y los bocadillos de diseño y los reporteros borrachos, la caja en general y el vicio al mando a distancia y los cursillos prematrimoniales y los buenos abogados y las malditas subvenciones culturales y los artistas acomodados y el fútbol con sus semidioses y los hinchas hinchados y el balón oficial y el miedo a la autoridad y la autoridad en el gimnasio y los cascos azules y los pacifistas manifiestos y las inauguraciones; la fuerza del papel y todos sus impasibles defensores.