24 abr 2008

MÁS DIEZ.

Diez minutos me quedan,
casi me debo despedir,
debería haber dicho algo más
pero no puedo.
Ahora el tiempo apremia y
me queda algo en las entrañas,
creo que podría recordarlo si...
tal vez otro día
de momento un beso,
ya nos veremos.
sí, este beso tiene forma,
no es un moco pecaminoso, no
ya lo se ¿porqué sonrío?
pues sera por el beso que te he dado,
no se, tenía forma ¿verdad?,
sí,
forma de beso.

Seis puntos

Me atravesé el alma
de lado a lado
pero ya no era un niño y
todo se arregla
con suficiente reposo.

Ojala que no llueva

Vienen a decirme que no debería haberlo hecho;
eso ya lo se.

Me he dejado la piel en intentar no alarmar
pero tu indagabas
y ahora me tienes cogido por los huevos
y yo no puedo hacer nada
por que
todo pasa y todo queda
y la lucha es imposible.
Nada, miraré por la ventana y esperaré
que el tiempo escoja el olvido
desde las soleadas playas de la poesía y
beberé como entonces
para demostrarte que todavía te quiero
y que aquí no hay nada de lo que estar seguro.

Olvido para todos, ya lloré al destino
que toda causa conlleva y
el tiempo me explico que todo era posible
al pasar las hojas del calendario.
Volverán las oscuras golondrinas cuando
hallamos volado lo suficiente y
el azar designe una catástrofe con que
estropear nuestros sueños.
No pasa nada, olvidaremos
haber estado de bajón y
volveremos a llorar como ayer. Sin embargo
las horas en silencio, remendando calcetines
con tíos y sobrinos haciendo ruidos de pura vida
nos colocaran de nuevo al principio,
reiremos y luego,
otra vez
hablaremos de buenos doctores
para pobres
en la planta de psiquatría de la seguridad social.
El ciclo.

Fe esperanza y caridad.
Sobre todo caridad por el amor de Dios.

Por si las moscas.

dE TODO AQUEL SUFRIMIENTO, DE TUS MENTIRAS DE MIS DEVANEOS, MIS PELEAS, LOS DESENCUENTROS, LOS VIAJES DE HUIDA, LOS LLANTOS, MIS ENCIERROS, LAS BORRACHERAS EN TOTAL SOLEDAD, LOS REZOS, LAS MUESTRAS DEBILES DEL ALMA Y TODO LO DEMAS ME QUEDAN TAN SOLO UN PAR DE CANAS. nADA MAS. y ESTO LO DIGO CON LA BOCA GRANDE, ELEVANDO LA VOZ COMO NO LO HE HECHO DURANTE MESES.

PARA LOS NIÑOS

Como habia vendido mi libertad a algo que se suponia me debia gustar me engañe diciendote chorradas que desde luego movian todo mi ser, no he mentido ni he querido ser tan tonto. Solo lo voy a decir una vez mas, lo siento. Me queda el consuelo de ser un hombre y como tal estoy en mi derecho de equivocarme.Por lo demas nada, que me quiera quien quiera y el resto pueden comerme el rabo. PUNTO FINAL.

Desde el después

Vuelvo de cortar manzanas en los límites de la tristeza, no había odio, tan solo desencanto. Tu risa era el veneno que me hizo sobrevolarte y mirar de frente nuestro fracaso, nunca debí hacerlo, ahora veo que solo se puede arremeter desde abajo.
Pasaban los segundos y sentía que no ocurriría nunca, no de aquella manera, nos sobraba la ropa y tú estabas tan asustada. Las palabras se volvieron huecas y preferí decirte sin ambages que estaba cansado de tirar de ti que no pretendía otra cosa más que follarte y que si aquello no te suponía una molestia me gustaría acabar cuanto antes pero tu querías una vida a contrarreloj y yo no soporto las farsas así que me equivoqué. Volvió el cansancio a los hombros en una realidad sosa y aguafiestas y te me secaste, había llegado el fin.
Ahora, a tan solo un momento de toda la obscenidad de la tierra, tu estarás encogida en un sofá de arrabal imaginando como podría ser la vida si fuésemos -¿pero que tendríamos que ser amor?, – más… y engañándote en un suspiro de “qué le vamos a hacer..” cuando ya todo está más que vendido. El momento pasó y tú y yo ya no sabemos nuestros nombres.

Robot onírico

Dexter sueña con un robot
que nace y muere,
no sufre, no llora, no ama ni crece,
tiene cables y tuercas,
lucecitas de color y
acumula en sus archivos
mogollón de información.

Estupidez

No se debe a nada más que a la tremenda estupidez reinante,
no te confundas.
Estupidez, nada más que estupidez,
sinónimo de mentira.
¿Locura?, ¿la única verdad posible?,
no.
No es nada más que estupidez ¡copón!,
no es locura.

Mala ostia

Tengo seco el cerebro de hacerme pajas mentales.
Se me escurrió el cariño que sentí aquella noche por ti y
ahora solo tengo mala ostia.
Hoy te quiero de enemiga, mirarte detrás de cada gesto,
mas allá,
donde uno pierde las cosquillas y el dibujo mata al dibujante.

Gato

Gato sarnoso, roñoso, vil y despreciable animal,
dueño de de tantas pestes como siglos hay en el cosmos,
te quieren jipis y brujas;
Desagradable animal, ¡Felino!,
rondador de contenedores, tejados y tapias tristes,
sucio cuadrúpedo: no me engañan tus lametadas,
no son más que gestos aprendidos que esconden
tu insana verdad, trucos de patio.
De Norte a Norte y desde hace siglos,
usurpas el lugar del noble perro,
apagando - con tu sola presencia- toda la bondad de la tierra.

20 abr 2008

El fugitivo

Como Vicente no encontraba su lugar en el mundo se puso a dar vueltas sin parar y resultó que al final ya no sabia que era lo que había impulsado sus viajes ¿un nombre?, ¿un sueño?,¿libertad?; cada ciudad se había convertido en un recuerdo sin imágenes, así que allá donde iba tenia que hacer un rastreo incisivo de portales y números de teléfonos en busca de una plaza para sus personalísimas peculiaridades, pero casi nadie recordaba a Vicente, había pasado mucho tiempo desde la ultima borrachera y no tenían ya nada que celebrar en estos reencuentros de café a media tarde, Después de tantas vueltas, el mundo había olvidado cual era el sitio de Vicente y señores, eso no resulto ser la libertad, Vicente se había convertido en un esbirro de sus inciertos sueños. Ya no se llama Vicente.

Micolor

He abandonado cautelosamente el color verde y he intentado llenarme de amarillo, la epoca del año deberia haberme facilitado mis propositos, en vez de esto, todas las mañanas, me sorprende un gris muy espeso que implora al verde de mis dichas más desdichadas una resurreccion avasallante, no me dejo llevar: absorbo mis miedos y levanto la cabeza escrutando cada pulgada de aire hasta dar con un puntito de calor que no me haga caer en morados siniestros. A base de negar mis instintivos suicidios reina en mi un azul que me hace pensar en guerra fria. No me importa, la desintegracion esta en proceso.

Nirvana apagado

Ladra mi perro a media tarde desde su silla de jardín esmeralda:
Alguien pasa, como un día que se termina,
sin nada en las manos.
El timbre anuncia una llegada, otra vida
insípida, sin memoria, y
cada frase se convierte en una estupidez rancia
que disfraza la mediocridad de nuestros pasos,
recorremos la espiral juntos, tu y yo,
atrapados en medio de la nada, vacíos:
la cárcel entre colinas y viejos, y
el ritmo pachanguero de la ciudad tan lejano…

¡Cuerpo a tierra!

Después de abandonar mi búsqueda por las estrellas he venido ha caer de bruces sobre el gris asfalto, una enorme extensión de suelo donde reina la mas sutil de las locuras, haciendo imposible todo contacto humano, (y)
este desierto silencioso mide el rastro de mis fracasos con decimales, por eso puedo ver en mis defectos un montón de virtudes,
ahora disfruto mucho jugando al monopoli. con los trozos de carne que me voy encontrando por el suelo.

Caladas en los tuetanos

Enciendo mi quinto cigarro en lo que va de tarde,
lo fumo lentamente, dejo que toda la nicotina pase empalagosa y sensual a través de mi sistema respiratorio hasta las venas para que su sabor mortal impregne toda mi alma de veneno y podredumbre,
aspiro palabras que no se escribir mientras el mundo sueña en paraísos artificiales y alborota las calles llenas ahora de ruido,
tengo muchos cigarrillos esperándome encima de la mesa, me llaman desde su encierro de cartón implorando libertad, me exigen un pequeño esfuerzo, un minuto de vida, son mis mas fieles compañeros, no puedo verlos sufrir, con ellos, o por ellos, me iré a la tumba, es insoportable tanto lamento, son tan infelices desde su apretado cautiverio… -¡esperad amigos ya voy!,
ya voy….

No habia postre

Me aburre mucho mi apatía y me pone nervioso el juego de miradas, me da pavor hacerme el idiota y reír tus atrevimientos.
A veces olvido la tremenda estupidez de nuestros actos y otorgo intensidad a las nimiedades del ser humano, después, cuando recuerdo las mentiras que he creado, siento que no merezco respirar el aire de esta tierra, y me recluyo en mi soledad practicando el sadismo conmigo mismo durante horas. Niego el fluir de los días llenándome de una manera tonta y cobarde de cielos nublados. Me vence el saberme solo en mis convicciones y cuando esto sucede, cuando comprendo que nadie está a mi lado, me hundo por el peso de mi propia falta de imaginación; estoy perdido. Para acabar con esta situación, para encontrarme de nuevo, miro mis heridas o me aprieto el cinturón, así mi cuerpo comprende, a través de los sentidos, el grito eterno de la vida en la tierra, el gesto amargo del día a día, la bofetada en la cara del mal despertar, la simple realidad que habla en forma de sangre y lagrimas y me escojo a mi mismo, convencido ahora, como único compañero, como cómplice y autor de mis periplos y así acepto la loca sinfonía y la voz se me ahueca dándome peso de hombre. Lo mismo que un golpe en la mesa a la hora del café.

13 abr 2008

AY DE MÍ....

Entre pasos en falso y lametones con sabor a chocolate, el tiempo va oscureciendo nuestros mañanas, nadie se ha escapado de la caza de brujas. Ahora tienes la fuerza necesaria y el valor justo para llegar hasta aqui, adelantate todo lo que puedas y no permitas que nadie te haga mirar atras, aspira fuerte el aire que llena tus pulmunes, será el unico aire de la tierra, aprovecha. Las lucecitas rojas de la calle es lo que ha quedado de Aristoteles y Platón, no hay más que sueños en todos esos libros, prueba a sesgarte las yemas de los dedos con el filo de la primera página del génesis y lo escribirás con minúsculas.

Paso ligero

La silla desapareció en el momento en que pensaste en como debías sentarte en ella. Las palabras se desvanecieron al contar los fonemas que las componian y el amor no llegará hasta que no aprendas a perrear correctamente, como un autentico orangután. Plántate en el centro, marca tu espacio como un conquistador que acabase de llegar, el humanismo fue una moda, aprieta puños y dientes, la ciudad donde vives se llama Caos. Olvidaté, las manos no son del alfarero, barre tus huellas mirando al frente, grita a los oídos de toda esa gente que tu también tienes un padre, que al igual que ellos sabes a que rayos huele la mierda, muerde la manzana sin miedo y si se acaba el paraíso no te acurruques temblando, haz que el miedo sea el trampolín que te ayude a cruzar las puertas del infierno.

7 abr 2008

La gabardina

Llovía a cantaros cuando Larry salió del café, por suerte había previsto aquel inconveniente y vestía su gabardina verde, regalo de su vigésimo tercer cumpleaños. Aquella gabardina lo había salvado en días mucho peores que aquel y aunque ya estaba pasada la moda militar, aquel chambergo guerrillero estilizaba su redonda figura y le daba peso suficiente como para dibujarse potente en el cuadro urbano, le encantaba verse reflejado en los escaparates, parecía un poeta. La lluvia empapaba sus pantalones vaqueros y empezaba a notar el frío húmedo en sus piernas pero no podía pararse a esperar la salida del arcoiris pues apenas tenia tiempo para recorrer la distancia que lo separaba de su destino, los taxis exigían una suma que excedía en mucho su poder adquisitivo de ese momento y los autobuses estaban atestados de gente lo que le producía ataques de pánico, la única solución fue ponerse a correr. Corrió y corrió hasta que vencido por el cansancio se le ocurrió que tenia que dejar de fumar, había dejado de llover y se fue a meter en un portal para tomar aliento pues los bancos de la calle estaban empapados. Imposible predecir la fatalidad que acarreó su decisión:
Larry murió a las 21, 00 horas del veintitrés de junio de dosmiltres, el humo alertó a los vecinos de la calle Ansiedad numero 13, que no pudieron hacer nada por ayudar a nuestro joven amigo, pasto de las llamas. El informe forense reveló que Larry había muerto por un ataque al corazón. La humedad, la fatiga el sobrepeso y el asma no soportaron aquella ultima calada.
Al parecer Larry se había desprendido del peso de su más que mojada gabardina y en pleno ataque torácico no se preocupó mucho de apartar su cigarrillo caído en un repliegue formado en su recién comprado y seco jersey de lana. Su gabardina no desapareció, estaba junto a las llamas, olvidada en los escalones, entre la puerta y el entresuelo...

6 abr 2008

El portazo

Fue Larry, y digo bien: Larry, el que cerró la puerta y tiró todos aquellos libros a la basura, no pretendía cambiar de vida pero sí que intentaba restablecer algunos parámetros, las cosas a veces se tuercen. Muchos dijeron, años mas tarde, que había sido Emily la que lo había convencido, la que había puesto a su pareja contra la espada y la pared, pero lo cierto es que fue él y solo él el que tomó la decisión de dejar aquel mundo. No fue fácil pero facilitó bastante las cosas, después de tres meses de dura lucha las aguas volvieron a su cauce y a partir de entonces todo fue coser y cantar. Hace años que nadie lo ve por la plaza, viste un luto riguroso e increpa a los jóvenes que escupen por las calles o blasfeman en su suerte, verdaderamente no parece la misma persona; lo que quizás pase desapercibido es que antes de comprar todos esos libros, antes incluso de aprender a leer correctamente, mucho antes de aquello, cuando Emily era un sueño aun, Larry dibujaba cuervos encima de los álamos que adornaban su terraza, antes ya había sido un firme defensor de la teoría del caos, había amado muchas otras vidas, había aprendido las posibilidades del color y había olvidado, ya muchas veces, como se abrían las puertas, y desde luego, por aquel entonces ya odiaba la altanería de los jóvenes. Fue mucho más tarde cuando se le ocurrió dejar de ser Larry, había llovido hasta la saciedad y los pactos ya se habían pactado y entonces todos pensaron que Larry era un montón de cosas, cosas en onda, fueron otros los que no supieron ver que aquello que proporcionaba sueños en espacio- tiempo no podía llamarse Larry, pero nadie quiso pensar en el polvo, en la materia y se encariñaron con las palabras y el terrible muestrario de dientes. Fue Larry el que cerro la puerta.