24 abr 2008

Ojala que no llueva

Vienen a decirme que no debería haberlo hecho;
eso ya lo se.

Me he dejado la piel en intentar no alarmar
pero tu indagabas
y ahora me tienes cogido por los huevos
y yo no puedo hacer nada
por que
todo pasa y todo queda
y la lucha es imposible.
Nada, miraré por la ventana y esperaré
que el tiempo escoja el olvido
desde las soleadas playas de la poesía y
beberé como entonces
para demostrarte que todavía te quiero
y que aquí no hay nada de lo que estar seguro.

Olvido para todos, ya lloré al destino
que toda causa conlleva y
el tiempo me explico que todo era posible
al pasar las hojas del calendario.
Volverán las oscuras golondrinas cuando
hallamos volado lo suficiente y
el azar designe una catástrofe con que
estropear nuestros sueños.
No pasa nada, olvidaremos
haber estado de bajón y
volveremos a llorar como ayer. Sin embargo
las horas en silencio, remendando calcetines
con tíos y sobrinos haciendo ruidos de pura vida
nos colocaran de nuevo al principio,
reiremos y luego,
otra vez
hablaremos de buenos doctores
para pobres
en la planta de psiquatría de la seguridad social.
El ciclo.

Fe esperanza y caridad.
Sobre todo caridad por el amor de Dios.

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