20 abr 2008

El fugitivo

Como Vicente no encontraba su lugar en el mundo se puso a dar vueltas sin parar y resultó que al final ya no sabia que era lo que había impulsado sus viajes ¿un nombre?, ¿un sueño?,¿libertad?; cada ciudad se había convertido en un recuerdo sin imágenes, así que allá donde iba tenia que hacer un rastreo incisivo de portales y números de teléfonos en busca de una plaza para sus personalísimas peculiaridades, pero casi nadie recordaba a Vicente, había pasado mucho tiempo desde la ultima borrachera y no tenían ya nada que celebrar en estos reencuentros de café a media tarde, Después de tantas vueltas, el mundo había olvidado cual era el sitio de Vicente y señores, eso no resulto ser la libertad, Vicente se había convertido en un esbirro de sus inciertos sueños. Ya no se llama Vicente.

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