14 jul 2009

Disfruta de la velocidad y el peligro del trayecto,
déjate seducir por la magia del traqueteo,
saca -de vez en cuando- la cabecita, pero
no te asustes, el choque es inminente...
chu-chu-chuuuuuuuuuuuuuu.
Quizás una belleza noruega te sonría,
quizás te agarre del brazo... no se;
disfruta de los espasmos y
cuando todo se vaya al garete y descarrile:
sigue corriendo,
no te pares ni un segundo en tierra,
intenta agarrar la gallina y cuando la tengas
entre los dedos,
busca al pelele vestido de verde,
entrégasela, no tengas reparos,
el obispo merece todas las bendiciones;
su mano te acariciará la sesera y por fin
despertarás.

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