9 may 2007

ESTÁTICO

Ahí esta Simón, miradle. Parece estar algo cansado, en realidad, lo que le ocurre es que esta aburrido. Se ha sentado en ese banco por una sencilla razón: no tiene que hacer, ni donde matar el tiempo. Ahora mismo, mientras se rasca la cabeza, intenta elaborar un plan que lo saque de ese tedio tan pesado. No encuentra soluciones; en otras ocasiones iría a un bar y pediría una cerveza y luego otra y otra hasta terminar borracho y sin un duro en los bolsillos , pero hoy es diferente ( el sol quizás), no le apetece ir de bar en bar y ver a la gente de todos los días: Caras con sonrisas estáticas, miradas vacías, conversaciones muertas, etc .
Hoy quiere estar despierto.
Podría ir a alguna biblioteca, pero ultimamente se aburre en ellas; ese silencio frío, el olor a viejo, el falso orden y sobre todo que con este tiempo resulta triste encerrarse allí. Descarta también la idea. Podría llamar a alguien pero realmente sus pocos conocidos no lo conocen y siempre que esta con alguno de ellos Simón tiene la sensación de ser un estorbo.
Simón observa el parque, piensa que deberían arreglarlo, aunque pensándolo mejor las cosas están como deben estar, la gente elige a sus gobernantes para olvidarse de todo y que otros solucionen las cuestiones , así es que si el parque no tiene papeleras o esta lleno de ortigas es porque así debe de ser pero, si esto es así: ¿ porque Simón esta tan aburrido ?, ¿ es que debe ser así?. Enciende un cigarrillo, la idea de pensar que él es el culpable de su fastidiosa soledad da vértigo, no ,no. Simón es un buen chico no se merece esta culpa , no. Cierto que hubo un tiempo en el que no debía pensar como pasar las tardes y que ahora eso no existe, pero él no tiene la culpa, el estado de las cosas cambia y este es un claro ejemplo. Además él siempre a ido de acá para allá y no ha tenido unas raíces firmes, así que los grupos, que otro en su situación utilizaría para salir de estas ( cada vez mas frecuentes) situaciones, no son algo recurrente en el caso de Simón.
El olor a filtro quemado saca a Simón de sus cavilaciones. Tira la colilla, mira a las nubes: con un poco de suerte lloverá , estira sus músculos y se levanta.
Esta ensoñación a desmoralizado a Simón. Mira el reloj, todavía dispone de unas cuantas horas hasta que cierren los bares y en su cartera hay metidos veinte euros hechos para ser gastados. Las cosas son como deben ser.

Al fondo de la barra hay un lugar vació. Simón sabe que es su sitio; ya sentado, mira a su alrededor. Todo en orden: mala música, chicas feas, sonrisas estáticas y conversaciones muertas .
En fin ahí viene esa cerveza, al fin y al cabo no esta tan mal. Con el primer trago Simón comprende que hoy nada va a cambiar. Mañana, a lo mejor, vuelve a despertar, pero hoy las cosas son como son......

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