27 may 2009

A hurtadillas

Ayer, meditaba sobre la sonrisa que hoy luzco en los pasillos,
dormía pensando en el sueño que hoy me viste de arriba
a abajo.
supuse, esta mañana, que te habías recogido el pelo
al oír el susurro del tiempo
en tu inconsciente, y que
yo - un día -
hice de mi cuerpo su tatuaje,
y te habías sentado frente a mi como estudiando, para
apagar todo el ansia que produce el mantra lejano del cosmos,
mirándome de refilón.
Entonces hubiese ocurrido que
en realidad yo no había estado mirando las estrellas durante todos estos siglos, ni
perdiendo la frecuencia modular del transeúnte,
sino que ayer
soñaba contigo en otras formas
y las estrellas se habían aliado contra nosotros por un milagro del pensamiento
y tu no eres tu
ni ese cuello que mostrabas de mañana era tuyo tampoco
y por eso mi alma imploraba en punzadas a mis células
que te levantase en vilo,
por detrás;
como el ladrón que
le roba a su amo las herramientas que el mismo ha fabricado.

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