5 sept 2007

TREN CON DESTINO....


Alguien puso a grabar su cámara en la estación.
Se puede reconocer en los gestos y muecas, en las idas y venidas de los viajeros, absortos en la resolución de un programa mental adecuado para un futuro viaje donde nunca ninguno de ellos ha estado pero que ya conocen de memoria, algo de cotidiano.
Quedan tres minutos para que el tren con destino Madrid -Chamartín irrumpa en la estación convirtiéndolo todo en un puro baile de maletas, carreras y apasionados besos de amor. Unos bajan y otros suben. Ya se sabe. De pronto: "TI RO RII .Tren con destino Madrid - Chamartín está a punto de estacionar, se ruega a los acompañantes de los viajeros, no suban al tren. TI RO RII": Ultimas caladas a escondidas, besos, abrazos y enseguida todo esta listo, el tren ha llegado y ya no hay tiempo para nada más, pero la imagen se olvida de los que se van y de los que llegan y se centra en los, hasta ahora, excluidos acompañantes de los viajeros, los figurantes, pequeño papel el que se les reserva en el trajín ferroviario. Ellos son los "acompañantes de los viajeros", no pueden subir al tren, su tarea es nada práctica, en un mundo de velocidad, a cámara rápida, pero ellos siguen ahí .... y la cámara está fija, bien plantada, así que, por un momento, se convierten en artífices de protagonistas, ellos crean a los protagonistas de nuestra película; las miradas.
La madre que intenta mantener la sonrisa mientras dice adiós con la mano y una lágrima inoportuna se desliza lentamente por su mejilla derecha para quebrantar la seguridad de un hijo que con espíritu jovial se aleja para encontrarse con su nuevo destino. El novio que ve con ojos llenos de amor y de tristeza como su amada sube en un vagón que, maldita sea, quizás los vaya a separar para siempre ( se ve que el chico es de pueblo y ella es un chica moderna que se va a la gran ciudad a desarrollarse íntegramente como mujer de hoy) mientras, resignado, masca chicle con sabor a olvido. El abuelo que ayuda a su nieta a subir la maleta mientras no para de decirla que tenga cuidado y que esté atenta a su parada y que su padre la estará esperando y que sino está que lo espere y que le de un beso; pero ya no hay tiempo para besos, el tren cierra automáticamente sus puertas y la vida ha de seguir, todo está programado....
En un momento todo el andén se vacía, cada cual a lo suyo, pronto han de venir los nuevos viajeros con sus nuevas prisas y proyectos y nadie puede quedarse allí ( Ley Orgánica del 199... )
Todo esta dicho.
La imagen se llena de negro, nadie verá como son los viajeros o los acompañantes de los viajeros del próximo tren.
TI RO RII...

2 comentarios:

Beatrix Kidoo dijo...

Y la maleta olvidada en el andén que ya nadie se atreve a recoger desde lo del 11m a pesar de que lo más sensato sería intuir que está llena de taperwares, chorizos y queso del pueblo que una madre trae a su hijo que comparte piso con una panda de salvajes que no saben cocinar, ni limpiar, que no se yo ni como se apañan, porque la juventud de hoy en día ya se sabe, pero bueno, qué se le va ha hacer, ahí está la maleta, con todo ese embutido desperdiciado, porque la gente tiene demasiada prisa o demasiado miedo para mirar dentro, que ya tienen bastante con lo suyo, qué no se van a parar a mirar la dirección escrita en la etiqueta, porque total, es solo una maleta y quién sabe lo que podría haber dentro...

ciudadano dijo...

Muy rico. ummmmm