3 oct 2007

Pétreo

Ayer dormíamos acunados por la seguridad de nuestra autosuficiencia y esto podía producir carcajadas descomunales que nos proyectaban como verdaderos lideres, sabíamos movernos entre estatuas de negación y miedo, era sencillo. Entonces llegaron, los "otros" amores, y alguno sucumbió y a ese se le odió. Motivaba la lucha a los otros que, en realidad, consistía en esquizofrenia a la hora de establecer estrategias, como consecuencia: primeras equivocaciones y fracasos, los despreciables no lo eran tanto y quien se supo agarrar a algo, ahí se quedó,manteniendo la lucha; vacío y aparentemente ayudado por la marea pudo ir a dormir a algún islote. Ese todavía sueña pero sabe que nunca logrará relajar los huesos.

Ahora viene el momento de los otros, los que un día dijeron, no. "Yo no, los domingos son sagrados y no pienso madrugar" Seguían soñando. A estos soñadores que no han sucumbido les queda tan solo el gozo de tener la conciencia tranquila y poco más. Son despreciados, difamados e ignorados, andan por el mundo completamente solos, son los guardianes de su alma, la cual procuran no mostrar a nadie por si quisieran robársela.
A lo mejor la recompensa está en los cielos o en algún tipo de revelación cósmica que los vuelva a dar energía suficiente como para volver a sonreír y no mentir al hacerlo, quien sabe...
Mientras tanto ni un comino, pacientemente esperando la alegría de un sueño desterrado al no saber de su existir.
Alargando los encuentros, triste nostalgia de haber creído en ti.

1 comentario:

Batsi dijo...

Yo me siento identificada con los que dijeron "no". Y también los domingos son para soñar. ¡Siiiiiii!