15 feb 2008

VOLVER

He vuelto a las andadas…. ¡Ya era hora!

Los días se van desmoronando poco a poco y así también los años, de pronto un pensamiento resume todo tu ser a dos palabras: “eres viejo” y el mundo pierde cierto sentido, y de alguna manera te vence y le otorgas dosis diminutas, pero que van minando, de eso que consideras lo peor de ti, con lo que al final sientes que estas atrapado en un mundo que aunque tu mismo has creado, no te gusta en absoluto, que te has despegado de lo que antaño te pertenecía o de lo que creíste ser – en cierto modo tan solo se trataba de una trampa psíquica- y te postras de rodillas pidiendo al aire que halla algo allí arriba que cuide de los que estamos aquí abajo, y eso, cuando la vida esta en pleno frenesí, es muy duro; pero allí arriba nunca parece haber nadie y tu sigues perdido aquí abajo, lo que puede hacer que cometas toda la gama de pecados que toda persona lleva escondida -aptitudes reprimidas que tu, posiblemente, ni siquiera conocías-, esto puede crearte un gran sentimiento de culpa con lo que, seguramente, andarás dando tumbos de una forma lastimera y un tanto patética hasta que tomes posesión de tu realidad y aceptes que eso a lo que llamas pecados no son mas que derechos de los que nunca antes habías hecho uso; ese día creces y dejas de ser un “viejo” para convertirte de nuevo en un hombre, con lo que la libertad puede llegarse a vislumbrar al final de un camino hoy menos tortuoso.

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